miércoles, 28 de mayo de 2014

FETE-UGT ABANDONA LA MESA DE LOS PROFESORES DE RELIGIÓN

Ayer 26 de mayo se celebró una mesa, dicen que técnica,  para ver la normativa que sobre los profesores de religión nos va a imponer la Consejería. FETE-UGT abandonó dicha mesa y había varios motivos para hacerlo, pero nos queremos centrar en los que creemos que pasan todas las líneas rojas, nos referimos a la forma de elección de los docentes que dan esa asignatura y el organismo que asume sus retribuciones.

No aceptamos participar en la regulación de un colectivo que designa la jerarquía eclesiástica para dar clases en centros públicos y cuyas retribuciones se pagan de esos fondos públicos. Por cierto sin ningún control por parte de la Consejería de educación de los criterios que se utilizan para designar a quien ella va a pagar. Esto no sería tolerable en otros grupos de trabajo, pero aquí, y nunca mejor dicho, con la Iglesia hemos topado. Esta disfunción entre quien decide los que trabajan y quien los paga es sencillamente insostenible.

En el tema de la Religión, el problema está en el Acuerdo con la Santa Sede (denunciado históricamente por nuestra organización), En el tema que estamos viendo, el artículo VII de dicho Acuerdo dice: “Que la situación económica de los profesores de religión se concertará entre la Administración Central y la Conferencia Episcopal” y no que las retribuciones las pague el Estado. Esto último se decide en el año 98, cuando, casualidades de la vida, era ministro de educación Mariano Rajoy. Después cuando las Comunidades Autónomas asumen las competencias educativas se hacen cargo del pago.

Si el tema de las retribuciones es importantísimo, aún lo es más que una asignatura, que pedimos que debe darse fuera de los centros, pero que forma parte del sistema educativo, sea impartida, por docentes que no estén en las bolsas de los interinos de la Consejería de Educación.
FETE-UGT exige que todos los docentes que trabajan en los centros educativos, lo hagan por haber aprobado las oposiciones y obtengan un destino definitivo o por estar en las bolsas de interinos con los requisitos que la Consejería determina.

En este caso y dada la especificidad de la asignatura, pedimos que  pueda  ser impartida por aquellos docentes de la bolsa de interinos que manifiesten su voluntad de poder darla, entendemos que la profesionalidad es suficiente garantía.
No tenemos nada en contra de los docentes que imparten religión y puesto que tienen la cualificación que se necesita para dar clase, que formen parte de las bolsas oficiales y pasen a regularse por la misma normativa que todos y no estén expuestos a los criterios morales, más que subjetivos, del obispado. Por cierto todos evitaríamos que, como está ocurriendo, cuando un obispo decide echar a algún docente y éste gane el recurso que normalmente se interpone, tenga que pagar la administración la decisión de una situación de la que no ha participado. ¿Hace falta recordar casos en los que ha ocurrido y seguirá ocurriendo?
¡¡ASÍ NO PODEMOS SEGUIR!!

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