FETE-UGT
ABANDONA LA MESA DE LOS PROFESORES DE RELIGIÓN
Ayer 26 de mayo se celebró una mesa, dicen
que técnica, para ver la normativa que
sobre los profesores de religión nos va a imponer la Consejería. FETE-UGT abandonó
dicha mesa y había varios motivos para hacerlo, pero nos queremos centrar en
los que creemos que pasan todas las líneas rojas, nos referimos a la forma de
elección de los docentes que dan esa asignatura y el organismo que asume sus
retribuciones.
No aceptamos participar en la regulación de
un colectivo que designa la jerarquía eclesiástica para dar clases en centros
públicos y cuyas retribuciones se pagan de esos fondos públicos. Por cierto sin
ningún control por parte de la Consejería de educación de los criterios que se
utilizan para designar a quien ella va a pagar. Esto no sería tolerable en otros
grupos de trabajo, pero aquí, y nunca mejor dicho, con la Iglesia hemos topado.
Esta disfunción entre quien decide los que trabajan y quien los paga es
sencillamente insostenible.
En el tema de la Religión, el problema está
en el Acuerdo con la Santa Sede (denunciado históricamente por nuestra
organización), En el tema que estamos viendo, el artículo VII de dicho Acuerdo
dice: “Que la situación económica de los profesores de religión se concertará
entre la Administración Central y la Conferencia Episcopal” y no que las
retribuciones las pague el Estado. Esto último se decide en el año 98, cuando,
casualidades de la vida, era ministro de educación Mariano Rajoy. Después
cuando las Comunidades Autónomas asumen las competencias educativas se hacen
cargo del pago.
Si el tema de las retribuciones es importantísimo,
aún lo es más que una asignatura, que pedimos que debe darse fuera de los
centros, pero que forma parte del sistema educativo, sea impartida, por
docentes que no estén en las bolsas de los interinos de la Consejería de
Educación.
FETE-UGT exige que todos los docentes que
trabajan en los centros educativos, lo hagan por haber aprobado las oposiciones
y obtengan un destino definitivo o por estar en las bolsas de interinos con los
requisitos que la Consejería determina.
En este caso y dada la especificidad de la
asignatura, pedimos que pueda ser impartida por aquellos docentes de la
bolsa de interinos que manifiesten su voluntad de poder darla, entendemos que
la profesionalidad es suficiente garantía.
No tenemos nada en contra
de los docentes que imparten religión y puesto que tienen la cualificación que
se necesita para dar clase, que formen parte de las bolsas oficiales y pasen a regularse
por la misma normativa que todos y no estén expuestos a los criterios morales,
más que subjetivos, del obispado. Por cierto todos evitaríamos que, como está
ocurriendo, cuando un obispo decide echar a algún docente y éste gane el
recurso que normalmente se interpone, tenga que pagar la administración la
decisión de una situación de la que no ha participado. ¿Hace falta recordar
casos en los que ha ocurrido y seguirá ocurriendo?
¡¡ASÍ NO PODEMOS SEGUIR!!
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